Llega el momento de debatir sobre los deberes en verano.

Se escuchan opiniones de todo tipo que vienen de todos los foros que rodean a los niños: familias, maestros, psicólogos, especialistas. Todos tenemos una opinión clara y, en cambio, muy contrapuestas.

Como todo en esta vida, en el punto medio esta la virtud.

Dependerá de la madurez, la edad, y las capacidades de cada niño.

Está claro que lo ideal es que en verano los niños lean. Sería suficiente, y no poco, conseguir que un niño lea todos los días. El verano es largo y son muchas horas de descanso mental.

Ahora bien, como maestra os puedo asegurar que vienen a hablar conmigo todo tipo de familias y es curioso observar como los padres de los alumnos que tú recomendarías una serie de refuerzos en vacaciones te demandan descanso. Y, sorprendentemente, los padres de los alumnos que yo recomendaría descanso (con lectura) te demandan, por lo menos, el típico libro de vacaciones de la editorial de turno, incluso con desesperación.

Cálculo, ortografía o un segundo idioma son las áreas que se "olvidan" con facilidad y se afianzan con práctica y sólo con práctica. Si, además, el alumno tiene alguna dificultad en estos aspectos, con mas razón no debemos dejarle que los haga caer en el olvido. Porque después llegará septiembre y le costarán mucho más.