Las normas... ¿sirven?
Los que aprenden y practican mucho las normas no deberían tener mucho problema, aunque cada día es más común encontrar alumnos que se las saben de memoria (y cuando digo de memoria, digo perfectamente) y escriben sin aplicarlas. Sobre todo en textos libres (la concentración que supone un dictado hace que los alumnos se “conecten” con las normas aprendidas).
- ¿Cómo se escribe “había”? - preguntas a un alumno.
- Con h, con b y con tilde en la i.- dice muy seguro de sí mismo.
- Y ¿por qué has escrito “abia” en la redacción?
- ....
LA LECTURA EN LA ORTOGRAFÍA
Leer ayuda, por supuesto. Los hay que no leen mucho y tienen buena ortografía, lo que nos lleva a la memoria visual. Los que la tienen muy desarrollada no tendrán mucho problema en escribir correctamente.
Por lo tanto, habrá que empezar por desarrollar la memoria visual. Igual que hay que desarrollar otro tipo de memorias desde que somos pequeños (como la auditiva).
Los procesos mentales de una persona que escribe correctamente, estudiado neurológicamente y defendido por “Ortografía sin esfuerzo con PNL” son los siguientes:
1. Buscan la imagen mental de la palabra (partiendo de una correcta audición)
2. Notan (y aquí viene la magia) si la imagen es lo bastante buena para escribirla con seguridad. En caso de que no exista esta seguridad realizarán uno de los siguientes pasos y lo guardarán en su memoria:
- Buscan en el diccionario
- Preguntan a alguien
- Piensan en la familia de palabras
- La escriben mentalmente de las dos formas (una no cuadrará)
- La encajan en una norma.
3. Escriben la palabra.
Este proceso es inconsciente y se realiza a gran velocidad.
La metodología tiene muy buena pinta y se habla muy bien de ella. Cuando termine la experiencia piloto que estoy realizando en el colegio os contaré más.