Cuando se espera...
Muchas veces me pregunto por qué me afecta tanto que me decepcionen las personas. La respuesta a por qué lo hacen, la sé.
La decepción llega cuando esperas que el otro actúe como tú lo harías. Y es un error, porque cada uno es como es. Nadie tiene por qué responder como tú lo harías.
Se mezcla el sentimiento de decepción con el de injusticia, dando lugar a la rabia y a la tristeza. Decepción, injusticia, rabia y tristeza.
“No le des importancia”, “que no te afecte tanto”, “pasa”. Pero no puedo.
Por lo tanto, aunque me parezca muy triste, la solución está en desconfiar, no esperar. Me han educado en “todo el mundo es bueno, hasta que te demuestren lo contrario”. Y la realidad es que hay que empezar las relaciones desconfiando y pensando “todo el mundo es malo, hasta que te demuestren lo contrario”.
Maru, qué razón tienes.
Mis mejores deseos a todos los que sois como yo, que os decepcionan las personas porque sois buena gente. Mi admiración a los que nunca os decepcionan, porque partís de la premisa adecuada.